Esta semana ha sido muy importante para mí.
Hace ya unos meses, unos estudiantes de la Universitat de Barcelona contactaron conmigo. Estaban organizando el Biomed PhD Day, un evento para investigadores biomédicos predoctorales. Conocían la plataforma de Carreras Científicas Alternativas y querían que les hablase sobre carreras profesionales más allá del mundo académico.
Unos días después surgió la posibilidad de organizar un taller práctico sobre la carrera profesional dentro y fuera de la academia en el Centre for Genomic Regulation (CRG), también en Barcelona, esa misma mañana. ¡Buf, un poco justos de tiempo, pero me encantó el reto!
Y llegó el día. Muchas sensaciones nuevas para mí. Para empezar, era la primera vez en mi vida que salía de mi casa a las 5 am para coger un avión a las 7 am, ¡y sin maletas, tan solo con una pequeña mochila! Lo bueno es que al salir del avión me di cuenta de que la mitad de los pasajeros tampoco llevaban maletas… ¿cuántas personas viajan en avión haciendo ida y vuelta en el mismo día?
La primera parada fue el CRG. Espectacular. Precioso. Lleno de ciencia. Internacional. Emocionante. Damjana y Ana se portaron muy bien conmigo y me hicieron sentir como en casa. Una organización simplemente brillante. Me dio incluso tiempo de saludar a Mara y Marga, un par de compañeras investigadoras que trabajaban allí.
Y tras un breve café, el taller. Mi primer taller sobre empleabilidad para investigadores y científicos en un entorno completamente internacional. Unos 25 investigadores pre y postdoctorales de varios países. No tenía ni la más remota idea de cómo iban a reaccionar ante los ejercicios prácticos que había preparado para grupos o a nivel individual… Si algo tengo claro con estos talleres, es que mi función, además de informar u orientar, es la de provocar. Y digo provocar porque tras tantos años investigando en un ambiente académico, si existe algo que sea duro, muy duro, para un investigador, es plantearse la posibilidad de dejar la investigación. Y lo sé de primera mano. Todos conocemos a personas que han dejado la investigación académica, pero la cosa se ve desde otra perspectiva cuando esa persona puedes ser tú.
“¿Cuándo fue la última vez que te detuviste cinco minutos a pensar en ti, en quién eres, en qué quieres?”. Las primeras caras de confusión, de sorpresa… ¡Venga, a pensar!…Tres horas después, tuvimos que dejar el taller, pero podríamos haber continuado varias horas más solo discutiendo el papel de las redes sociales, el empleo 2.0 y la idiosincrasia de los investigadores.
Les gustó.
Es difícil de describir lo gratificante que resulta transmitir un proceso vital de transición profesional a compañeros que viven y sienten lo mismo por lo que tú has pasado. Porque, al fin y al cabo, no es ya solo inspirarles o informarles, es obligarles a conocerse a ellos mismos. ¿Quién diría que esa es la parte más difícil?
Y tras una comida frente al mar, donde pude hablar con más tranquilidad con Anna de empleabilidad, investigación, activismo científico y mil cosas más (incluyendo su propia vida profesional, que me resultó apasionante y única), me fui a coger el V21 para subir a la Universitat de Barcelona. Me dijeron que me pusiera en el lado izquierdo del autobús para ver mejor la Sagrada Familia, … pero estaba cortada la calle por obras y tuvimos que dar un rodeo, … en fin…
Y si fantástica fue la experiencia del CRG, no menos lo fue la de la UB. En este caso, fue una charla más breve, pero igualmente estimulante. Me quedo con las preguntas de predocs y postdocs, me quedo con sus caras de sorpresa y esperanza. Creo que todos se fueron a casa con menos miedo en el cuerpo. Pensar en hacer una transición no te obliga a hacer una transición, pero sí te ayuda a ver un horizonte más amable, sea cual sea. Definitivamente, hay vida más allá de la academia.
Y de vuelta a Murcia, sigo recibiendo feedback y mensajes. Gente joven y menos joven agradeciendo la charla, el consejo, la provocación, la información, la esperanza, la descripción de una realidad. Una realidad dura y de la que pocos se atreven a hablar.
Necesitamos hablar de carreras alternativas. Y no son carreras alternativas a la academia, no. Son alternativas a lo que cada uno tiene preprogramado en la cabeza.
Tenemos que aprender a desprogramarnos.
Tenemos que atrevernos a explorar.
Tenemos que ser valientes.
Tenemos que ser felices.